miércoles, 27 de febrero de 2013

LO QUE NO NECESITA EL BRILLO DE LA LUZ NUNCA SE APAGA CON LA OSCURIDAD

La obra de Arte se pone a prueba cuando nadie la ve.
Cuando un árbol cae en el bosque suena mejor si nadie lo escucha porque de haber alguien allí derribaría otro árbol para volver a escuchar ese sonido.
En las grandes galerías hay pequeños cuadros cuyos rasgos no han sido tan preservados. Los colores a medida que se van nos están diciendo que hubo otros. Los artistas que no aparecen en todos los libros nos devuelven la esperanza.
Esos anónimos que insisten con su fe en otro tiempo vaticinan nuestra llegada, nuestra partida y nuestra participación en la historia que avanza sin su obra.
Hay gloria aún en los cuadros de los grandes maestros pero, afortunadamente, a la perfección de toda técnica la imperfección de los hombres la deforma.

AMANECER EN EL ARTE POST-ELECTRÓNICO

El Arte no contempla soluciones ni respuestas, porque es en sí perfectamente impredecible y admirablemente inútil.
Pienso en las Vanguardias, no como irrupción o contraposición con Artes anteriores, sino como un complejo sistema de reubicación, mecanismos, que llevan a que determinadas combinaciones de habilidad e impacto (conjuntos de estilos e ideas) sean dotados de un nombre. Éste, se nos presenta tal cual es, cuando inevitablemente se convierte en otra cosa.
Luego de un desastre natural, el paisaje puede cambiar por otro. Los árboles majestuosos son arrancados y junto con sus grandes raíces, transplantados.
Ya no hay lugares seguros.
Ante nosotros aparece todo aquello que aprenderemos a ver por primera vez.
A lo largo de la historia, el Arte se ha enamorado de los medios, intentando definir esa relación mediante un adjetivo que siempre lo sucede.
Si existiese el término "Arte Nublado" nos veríamos obligados a pensar que ese fenómeno climático tiene una incidencia tan grande sobre el mundo, que resulta inevitable que el Arte se interese por él.
Los artistas intentan aliarse con los nuevos medios y éstos inevitablemente escapan hacia otra dirección: el Arte siempre va a equivocarse y la Tecnología va a darle la razón.
No hay tecnologías sensibles, porque en ellas no está implícita de manera alguna la creación.
Es el artista quien debe prescindir de los medios para poder utilizarlos más allá de su concepción.
Tal es el afán del Arte por fundirse con su enamorado, que es capaz de envolverlo en todo tipo de variables hasta que de éste no quede rastro alguno.
Pero el Arte es un virus que opera sobre sí mismo, dada su imposibilidad de crear daños sobre el sistema por el cual se ha visto fascinado.
Por eso pienso que el Arte podrá cambiar el mundo, sólo cuando esté verdaderamente dispuesto a destruirse con él o simplemente cuando decida emanciparse de su segundo nombre.
Una vez terminado el deslumbramiento suscitado por el primer encuentro entre el Arte y la Tecnología, percibo que aún sin darnos cuenta, hemos amanecido en el Arte Post-Electrónico.

EL ARTE MULTIPROPÓSITO

Históricamente, jamás el Arte ha utilizado un término que fuese adoptado al unísono por los grupos de poder y conducido por los medios de comunicación. Nunca un gobierno fue dadaísta cuando el Arte lo fue; nunca la televisión fue minimalista cuando el Arte así se denominó. Pero esta vez el Arte es Multimedia y todo lo demás también.
Cuando hablamos entonces de Arte Multimedia, deberíamos también concederle la cualidad de ser Multipropósito.
Es tiempo de que el Arte se rebele contra los medios que lo mantienen vigente y sentándose con nosotros a esperar que todo funcione.
Una vez más estamos frente al peligro de que el deslumbramiento por la técnica eclipse el verdadero sentido de todo lo que hacemos.
Pareciera ser que en el Arte actual, a través de los nuevos medios, lograran confluir todos los rótulos detrás de los cuales se encolumnaron los movimientos artísticos de los siglos anteriores: hiperrealismo, expresionismo, conceptualismo, etc.
Si transformáramos esos ismos en adjetivos quizás encontraríamos allí todas las cualidades que tiene en sí misma una verdadera obra de Arte: que sea conceptual, que sea expresiva, que sea real, que tenga en cuenta a los demás, que no los tenga, que quiera cambiar al mundo aunque a veces desista de eso.
Si en épocas anteriores los artistas se enfocaron en una cosa a la vez, hoy, frente a la idea de Multifuncionalidad, podemos pensarlas a todas como características de lo mismo.
Ni Lucio Fontana está en un tajo, ni Duchamp está en un mingitorio, ni Pollock en un balde de pintura, ni alguno de los artistas multimedia están en un software o en un mouse. Esas obras son una representación del mundo tal cual es en su momento y son reflejo de un hartazgo frente a la consagración de los modos y usos habituales del Arte en cada tiempo.

LA TECNOLOGÍA

Las tecnologías son predecibles, tienen un tiempo útil y una fecha de reemplazo.
Siempre hubo prejuicios en torno al Arte pero éstos se incentivaron con la aparición de los nuevos medios mediante frases como “la computadora lo hace”, o “esto me resulta muy difícil”, cuando en verdad, si hay algo más complejo que la tecnología, sin dudas es el Arte.
Frente al Arte Tecnológico existen al menos tres posturas: demonización, fascinación y subestimación.
Desde tiempo inmemorial ha habido una valoración excesiva con respecto a la técnica, tanto es así que muchas veces define movimientos artísticos encubriendo con éxito la falta de concepto en una obra.

LO NUEVO

Presenciar algo “nuevo" reafirma nuestra confianza en el futuro pero al aceptar ese término estamos cortando los hilos conductores que nos vinculan con el mundo, las conexiones que nos dan sentido.
Algo “nuevo” dura hasta que algo “más nuevo” lo reemplace, poniéndose en evidencia la ausencia de lo que lo hace fundamental.

domingo, 10 de febrero de 2013

El mundo en el centro de un limón

Busqué toda mi vida una palabra
en donde se quedaran para siempre
las personas y las cosas.
Por un instante vi que el mundo
era el centro de un limón
y confundida lo hice tropezar.
Nunca es tarde para pensar un plan.
Una manera en que los ojos se iluminen.
De todas las cosas que sé reconocer
me escondo hasta que cambien.
Y cuando cambie yo
voy a ser como ellas.





Poema de las hormigas

Había una vez en un niño 
otro mucho más pequeño,
como el acero en el ala de un ángel,
como el acero
iban pesados.
Lo brusco no transforma 
los halos de silencio.
Bajo los cementerios
el cielo es un pantano muy alto.