domingo, 10 de febrero de 2013

VEN-IR.AQUÍ

Tenía cuatro amigos
que ahora son centímetros,
y una centena de piedras
donde estaba mi casa.
¿Cuántas personas hay
debajo de mi hijo?
¿Cuánta gente camina
por encima de él?
Veo piernas de un niño
más pequeño que un cuento.
Debajo de sus pasos
había una ciudad.
Ellos pueden quedarse
pero no voy a irme.
Todo puede suceder
entre mis manos.
Los países tienen letras
más grandes que mi nombre
y llevan en sus pulmones
el olor de mis padres.
¿Están detrás de mí?
O ¿estoy detrás de ellos?
Todos pueden contar conmigo
y yo
puedo contarlos.

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